INTERVENCION DE S.E. LA PRESIDENTA DE LA REPÚBLICA, MICHELLE BACHELET, POR CADENA NACIONAL
SANTIAGO, 1 de junio de 2006
Chilenas y chilenos:
Hoy es el momento de la reforma de la calidad en la educación. Como dije el 21 de mayo, en esta gran transformación nos jugamos el futuro de nuestro país.
La reforma de la calidad en la educación es también un llamado a la equidad, por un Chile más justo con toda su gente. Un Chile más justo con todos sus estudiantes. Un Chile que asegure igualdad de oportunidades a todos los jóvenes. El esfuerzo comienza en la educación pre-escolar. Mi gobierno está empeñado en una gran reforma en ese ámbito. En la educación básica y media, he sido enfática: calidad, calidad y más calidad para todos nuestros niños y jóvenes. En la educación superior, apoyo integral a los estudiantes y calidad universitaria y técnica.
En estos días, la movilización de los estudiantes secundarios ha puesto la mirada de toda la sociedad en la educación y sus desafíos. Esta es una gran oportunidad para generar nuevos y más amplios consensos.
El gobierno ha escuchado las peticiones de los escolares, porque éste es un gobierno que dialoga, y después de escuchar y dialogar, decide.
He resuelto tomar nuevas medidas para garantizar que nuestros jóvenes estudien tranquilos y en buenas condiciones.
Aumentaremos en medio millón los jóvenes que reciben almuerzo en nuestras escuelas y colegios. Serán 200 mil nuevas raciones en el 2006 y 300 mil más el 2007. No habrá joven que no reciba la alimentación que requiere para estar saludable, para estudiar y poder rendir.
Nuestros jóvenes también tienen el derecho de estudiar en un entorno seguro y digno. Por eso he dispuesto un programa extraordinario de infraestructura en 520 colegios de todo Chile, que pueda mejorar, entre otras cosas, casinos y baños. También repondremos el mobiliario en 1.200 establecimientos.
Este es un paso más para que nuestras hijas e hijos puedan sacar provecho de la Jornada Escolar Completa.
Para poder estudiar, los jóvenes deben poder llegar a sus escuelas y liceos, y movilizarse de vuelta a casa, sin restricciones arbitrarias.
Por eso he instruido que el pase escolar se pueda utilizar 24 horas al día, 7 días a la semana, durante todo el año escolar y en todo el país. Y este pase escolar será entregado gratuitamente a todo joven que necesite tal apoyo.
Algunos estudiantes han pedido que, además, el transporte escolar sea gratis para los alumnos de todas las edades. El transporte gratuito costaría alrededor de 166 mil millones de pesos al año. Eso es equivalente a 33 mil nuevas viviendas sociales o atender 230 mil niños más en salas cuna. Es mucho dinero.
Mi deber como Presidenta es atender las necesidades de todos los sectores. Pero, por otro lado, no quiero que ningún niño se quede sin ir al colegio, porque no puede pagar el transporte.
Por eso, enviaré una indicación al proyecto de ley actualmente en el Parlamento para incrementar el subsidio familiar a partir del 2007.
Quiero también que los estudiantes de la enseñanza media técnica y profesional reciban la experiencia laboral que les permita encontrar trabajo una vez que terminen sus estudios. Cuando ellos hacen la práctica, ese esfuerzo debe ser dignamente remunerado.
Por eso enviaré un proyecto de ley al Congreso que establezca una nueva bonificación por los 3 meses que dura su práctica.
La educación superior también es foco de nuestro compromiso. Quiero que el talento y la dedicación sean las únicas puertas de entrada a la universidad.
Por eso, a partir de este año, todo joven que lo necesite recibirá una beca para cubrir el costo completo de la PSU. Con esto beneficiaremos a cerca de 155 mil estudiantes.
Este es el esfuerzo adicional que hará mi gobierno. Es un esfuerzo macizo, con un aporte cuantioso de recursos públicos y con cientos de miles, y en algunos casos millones, de beneficiados.
Pero también es un esfuerzo realista, porque yo no hago promesas que después no se puedan cumplir.
Pero, a la vez, queremos emprender un conjunto de otras acciones para perfeccionar el sistema educacional. Lo haremos tomando en cuenta los planteamientos de un conjunto de parlamentarios y expertos de la Concertación.
Quiero anunciar al país que en el mes de julio enviaré al Congreso Nacional un proyecto de reforma constitucional y una modificación a la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza que propone algo esencial: consagrar el derecho de todo ciudadano a una educación de calidad, que no se contrapone con la libertad de enseñanza.
El Estado pasará a ser un verdadero garante de la calidad de la educación subvencionada, pública y privada. Así como hoy garantizamos el derecho a la salud a través del Plan AUGE, queremos que educación de calidad sea un derecho, que los ciudadanos puedan hacer efectivo mediante un recurso de protección ante los Tribunales de Justicia, si fuese necesario.
Lo dije en el Congreso Pleno y lo reitero: lo que estamos haciendo en este gobierno, es sentar las bases de un Estado al servicio de las personas. No quiero que nos conformemos con enumerar derechos. Se trata de garantizar estos derechos.
Ello significa incorporar cambios legales para imponer requisitos de excelencia a los sostenedores públicos y privados por el servicio que prestan. El Estado suscribirá convenios para vincular los aportes financieros con calidad y resultados.
Cambiaremos la LOCE, para asegurar que ningún sostenedor público o privado que reciba subvención por parte del Estado, pueda rechazar alumnos mediante discriminaciones injustificadas. Con la subvención preferencial, le daremos más a los que tienen menos y construiremos un país integrado. No queremos una educación separada para cada clase social.
Los sostenedores que reciben a estudiantes de sectores vulnerables, tendrán un incentivo especial por parte del Estado.
Una mejor educación requiere adaptar el Estado a las nuevas necesidades. Planteo separar las funciones del Ministerio de Educación, una función de supervisión y apoyo a cargo de una Superintendencia de Educación, y una función de diseño de las políticas públicas de más largo plazo.
Una mejor gestión es indispensable. Mantendremos el principio de la descentralización de la educación.
Dentro de ese marco, fortaleceremos municipios, promoveremos asociaciones entre ellos y potenciaremos nuevas formas de administración y gestión de los establecimientos educacionales. Ese será un tema a discutir por medio de la participación.
Nada de esto estaría completo sin poner en el centro de la reforma educativa el rol del docente. Para ello, fortaleceremos la formación y proceso de evaluación.
He afirmado que las políticas públicas deben construirse dialogando con todos. Por ello estableceré un Consejo Asesor Presidencial de Educación, que forje una visión consensuada acerca de muchos temas de los que hemos hablado, de la LOCE; de la Jornada Escolar Completa; de la municipalización; de las prácticas pedagógicas; de una política de desarrollo y formación docente; de sistemas de evaluación; los parámetros de calidad; la relación entre la educación media y la educación superior y el mercado laboral; la relación de cómo la educación técnica se vincula al mundo educativo y al mundo del trabajo; las medidas de mejoramiento de la equidad y la integración social.
Las propuestas de este Consejo se discutirán en todo Chile para recibir los aportes de la ciudadanía.
Pero quiero, particularmente, invitar a los estudiantes a participar. Ustedes han puesto el tema al medio del debate de la sociedad. Las energías que ustedes han mostrado y que ha despertado este movimiento, no se puede perder. Queremos recoger todo lo valioso de sus planteamientos para hacer de la educación, una educación mucho mejor, de mayor calidad.
Chilenas y chilenos: Si hay algo que recuerdo de mi paso por el Liceo Nº 1 de Niñas, es el orgullo que sentíamos por la educación chilena. Quiero que nuevamente los chilenos sientan ese aprecio ciudadano y ese orgullo por nuestra educación, por nuestros profesores y nuestros estudiantes.
Así construimos un Chile más justo, más humano y más democrático que todos queremos.
Muchas gracias.
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